Apartheid en el Caribe

Apartheid en el Caribe

Ahora que el Gobernador Luis Fortuño ha anunciado la celebración de un plebiscito de status, es imperante educar a los puertorriqueños, particularmente a los estadistas, sobre lo que realmente es el ELA.

En las escuelas públicas nos metieron a todos en la cabeza los cuentos aquellos de que el ELA era un “status de avanzada”, “lo mejor de los dos mundos”, mezcla de Utopía y Disneylandia, la razón por la que no andamos en taparrabos comiendo piedras. Todavía hoy demasiada gente sigue creyéndoselo, aunque baste salir a la calle para ver que es mentira.

Pero si rebuscamos debajo de la retórica embrutecedora del Partido Popular, nos damos cuenta de que el principio fundamental tras el ELA es que como los puertorriqueños son “diferentes”, no pueden tener los mismos derechos y privilegios que los demás ciudadanos americanos. ¿Y de dónde salió una idea tan retrógrada? De la segregación.

La gente que se inventó el ELA durante la primera mitad del siglo 20 fueron los mismos racistas que validaron y enforzaron las leyes Jim Crow en el sur de EEUU, imponiéndole a los negros un status legal inferior, discriminatorio y racista – porque eran “diferentes”. El ELA salió de esa misma mentalidad - es un engendro racista, retrógrado, un tipo de apartheid y de segregación creado hace más de medio siglo para oficializar el discrimen contra los puertorriqueños. Por eso nuestros estudiantes, nuestros enfermos y nuestros ancianos reciben mucho menos dinero federal. El ELA significa MENOS becas, MENOS Seguro Social, MENOS Medicare. MENOS justicia.

Los EEUU comenzaron a dejar atrás esa etapa con el movimiento de derechos civiles en los 1960s, que culminó con la derogación de la segregación. Con la elección de un presidente de ascendencia africana, los EEUU han demostrado que la mayoría de la nación se zapateó de encima el demonio del racismo.

EXCEPTO en Puerto Rico.

Los negros lograron deslegitimizar la segregación. Hoy se considera algo tan inhumano y asqueante que apoyarla es políticamente insostenible, suicidio para cualquier politico. ¿Acaso el coloniaje que mantiene cuatro millones de puertorriqueños en un status de perpetua inferioridad política es menos inhumano y asqueante?

Ya es tiempo que el Comisionado Residente proclame a viva voz en el Congreso que el ELA es una verguenza inaceptable, una mancha racista sin lugar en una nación libre, democrática y progresista. Ya es tiempo de que el mundo vea al ELA como lo que es: una reliquia racista, un tipo de apartheid espantoso diseñado para segregar a los puertorriqueños en una reservación caribeña, con menos derechos y menos privilegios que los demás. El ELA colonial es una alternativa tan impensable en un plebiscito como la segregación.

Una vez se logre deslegitimizar al ELA, una vez lo desenmascaremos como el engendro racista que es, una vez congresistas a sueldo como Nydia Velazquez y Luis Gutiérrez dejen de a apoyarlo a cambio de dinero del PPD, ENTONCES Puerto Rico podrá finalmente decidir su futuro entre opciones reales: la estadidad, la independencia, y la libre asociación.